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Caral se enciende por su 22° aniversario

Imagínense que un día despiertan en un desértico Valle de Supe (Barranca) y se dan cuenta que no existen smartphones, autos, bancos, supermercados y todo aquello que concebimos hoy en día como ‘civilización’. ¿Cómo sería la vida?. Probablemente la respuesta se encuentre en los hallazgos realizados en Caral. Considerada como la Primera Civilización de América, Caral celebró su 22° aniversario del inicio de las investigaciones arqueológicas y su puesta en valor desde el 27 de octubre,. Fueron tres fascinantes días de celebración con pasacalles, exposiciones culturales, puestas en escena, danzas y comidas típicas.

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Civilización Caral

A lo lejos, desde el pequeño promontorio de tierra donde se inicia el circuito de visitantes, se aprecian pequeños cerros ubicados a un lado del valle, con un orden que no es propio de la naturaleza misma, sino más bien uno pensaría ‘‘alguien debió ponerlos así’’. Estos pequeños cerros forman la ciudadela de Caral, con seis imponentes pirámides construidas hace cinco mil años por los antiguos habitantes del Valle de Supe. La vida fue así:

Cosmovisión: En aquella época la cosmovisión se centraba en la concepción de que cada individuo formaba parte de un colectivo social de personas, quienes a su vez, formaban parte de la naturaleza y como tal estaban obligados a preservar el equilibrio del sistema.

Ordenamiento territorial: Los antiguos habitantes de Caral cuidaron las áreas productivas y construyeron la urbe, más bien, sobre explanadas eriazas. Dieron mantenimiento al bosque ribereño en ambas márgenes para contener las crecidas del río. Y evitaron construir sobre cauces o desembocaduras.

Tecnología: En la construcción de edificios usaron una técnica llamada ‘muros de plantas escalonadas’ que sirvió para mitigar los efectos de sismos. También utilizaron el llamado ‘efecto Venturi’ para canalizar el viento a través de ductos subterráneos y así mantener una llama constante de fuego.

Organización social: Fue de carácter religioso, fundamentada en la relación hombre – naturaleza que dio origen al culto de deidades. Este orden permitió una participación igualitaria de género, tanto así que ambos participaban en la toma de decisiones políticas.

Visión humana integral: Se preocuparon por llevar una dieta balanceada usando recursos marinos (anchoveta) y recursos agrícolas (frijol, zapallo, pacae, etc). Dieron importancia al arte (pinturas murales) y la música (flautas de hueso).

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Caral Raymi

El viernes por la noche, Caral se incendió con luces. La vista era sobrecogedora y enigmática. Ver la ciudadela iluminada bajo la negrura de la noche me transportó a esa época. En un momento dado llegué a creer que los reflectores eran potentes luminarias de fuego que daban vida la ciudad y, los invitados, habitantes del valle celebrando un año más de su civilización. Esa misma noche, un elenco nos deleitó con una representación teatral acerca de la vida política de los antiguos habitantes. La combinación del vestuario, las caracterizaciones, los utensilios y la locación generaban una atmósfera realmente auténtica.

Luego, ante la presencia de la Dra. Ruth Shady, el maestro cusqueño Arturo Cervantes, celebró una solemne ceremonia de pago a la tierra para renovar los compromisos de seguir los trabajos de investigación de este importante centro arqueológico.

A la mañana siguiente, me esperaba el ‘‘Caral Raymi’’ Festival Cultural. Me esperaba un festival como cualquiera, pero fue una exposición increíble de los avances del trabajo que viene realizando la Zona Arqueológica de Caral. Dentro de los trabajos me llamó mucho la atención sus Talleres de Responsabilidad. Por ejemplo, el taller de ‘‘Algodón de Colores Naturales de Caral’’ mostraba cómo —en su mayoría— mujeres de Caral habían aprendido a tejer prendas de vestir tales como chompas, bufandas y gorros usando únicamente el algodón que crece en la zona; algodón que se usó hace cinco mil años por los antiguos habitantes para confeccionar las suyas. El objetivo es revalorar el cultivo del algodón nativo como producto ancestral y estimular su producción y comercialización. Por otro lado, me llamó también la atención el taller de ‘‘Agricultura Agroecológica en el Valle de Supe’’, donde se exhibían productos como la pitahaya, el durazno, la uva quebranta o la lúcuma que han sido cultivados en la zona mediante procesos amigables con el suelo y el ambiente. Este taller ha logrado que pequeños agricultores del Valle de Supe se agrupen en una asociación para poder vender estos productos, por el momento, en el mercado local. Finalmente, El concurso gastronómico ‘‘El Sabor de mi Tierra’’ buscaba que distintos centros poblados de Barranca participen con platos hechos únicamente a base de aquellos ingredientes que constituían la dieta de los antiguos pobladores del valle.

Desarrollo turístico en Caral

Luego del Festival Cultural, tuve la oportunidad de recorrer el circuito turístico por la ciudadela a cargo de la Dra. Ruth Shady. La Dra. Shady son de las personas a las que uno llama un libro andante. Realmente es una eminencia en todo lo referente a Caral y por esta razón, sentí la tentación de aprovecharme de su nobleza para preguntarle algo ligeramente desviado de la arqueología e historia de Caral. Le hice una pregunta sobre los principales retos que enfrenta la Zona Arqueológica de Caral con el turismo y afirmó que el turismo representa una gran oportunidad para posicionar Caral como ‘‘Primera Civilización de América’’ en el mundo; sin embargo, considera que debería existir mayor sinergia entre Ministerio de Cultura y Ministerio de Comercio Exterior y Turismo.Recalcó también que el presupuesto que el Estado asigna a cultura es mínimo comparado con otros países. No obstante, la Zona Arqueológica de Caral ha tenido avances significativos en cuanto a turismo.

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Actualmente la Zona Arqueológica de Caral cuenta con un centro de interpretación interactivo, boletería, servicios higiénicos, central de informes, estacionamientos, área de descanso techada con mesas y una tienda de souvenirs. Recientemente se ha habilitado un sendero especialmente diseñado para personas con capacidad motora. Han puesto a la venta libros originales sobre los últimos hallazgos hechos en Caral para niños y adultos. Organizan ‘‘Viajes Educativos’’ para visitar el centro arqueológico con salidas periódicas los sábados y domingos.

Por otro lado, pude observar que la carretera de acceso de la Panamericana Norte a Caral no está asfaltada. Aunque ello no frena el flujo de visitas, limita la experiencia en general del turista. Por el resto, desde mi mirada turísticamente sostenible, puedo decir que los esfuerzos por incluir a la población local en la dinámica de la Zona Arqueológica de Caral ha generado buenas relaciones y una percepción positiva hacia el sitio. Las actividades impulsadas por el sitio como la artesanía o la agricultura están teniendo buena aceptación por algunos miembros de la población. Entonces ¿por qué no el turismo? Definitivamente una buena relación con la comunidad es una de los pilares para la sostenibilidad del turismo que bien gestionado puede convertirse en una oportunidad de desarrollo de las comunidades del Valle de Supe.

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Tips de viaje:  Cómo llegar a Caral  y Costos de entrada y guiado

Artículo y fotos:
Luis Valle, estudiante de Turismo Sostenible en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.

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