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Vilcabamba de Ayacucho, un viaje hacia mis orígenes


Iglesia del pueblo de mi abuelita

Cuando era niña, mi abuelita siempre me contaba historias de su niñez, y yo recorría su pueblo en mi imaginación. Ella es del pueblo de Vilcabamba, anexo del distrito de Chilcayoc, entre Ayacucho y Apurimac,  una de las zonas más remotas del Perú. Siempre quise conocer su casa, donde pasteaba sus animales y sus chacras.  Por eso, en Octubre del 2010 viajé con mi tía abuela a la fiesta patronal.  Es la mejor fecha  para viajar porque se llena de vida.  Ya quedan pocas familias viviendo allí, y normalmente parece un pueblo abandonado.

Es uno de los viajes que más me ha enseñado. Aprendí no sólo sobre mi familia sino también ha comprender el gran esfuerzo de las primeras generaciones que migraron hacia Lima, así como varias costumbres (buenas y malas) que se han trasladado y fusionado en la capital.

El viaje en bus duró más de 24 horas!!!!!!!!, en varios momento mis rodillas se adormecían y ya no sentía mis pies. Fue muy incomodo pero un servicio de lujo comparado con el viaje que hicieron mis abuelitos.  En la década de los 40, se tenía que caminar como 5 días y después camión. La gente viajaba en grupo, llevaban mote y ponchos, sin carpa, sin bolsa de dormir. Pasaban la noche prácticamente a la intemperie. Así migró mi abuelita, pero su reto principal no fue soportar las condiciones del viaje, sino enfrentarse a su familia, que no querían que estudie ni mucho menos que viaje a Lima, sino por el contrario que se dedique a labores del campo. Felizmente tuvo mucha fuerza de voluntad y decisión para migrar.

La casa de mi bisabuelita, donde mi abuelita vivió su niñez

Cuando llegué a Vilcabamba, me sorprendió, porque pensé que era más grande. Solo vi una plazita y algunas casas alrededor. Vive poca gente allí, la mayoría pasa los 60 años y se dedican a sus  chacras  (economía de subsitencia). Entonces pensé ¿qué actividad podría hacer resugir al pueblo?.  Turismo no creo, pues no tiene atractivos distintivos  y el viaje es demasiado largo. Comercio tampoco, porque hay poca gente en las poblaciones cercanas. Minería tal vez aunque no me agrada la idea, y no sé si tiene potencial. Agricultura, muy pocas tierras de cultivo, tal vez si se produce algún tipo de cosecha muy especial (caso del café de Puno que ganó un premio mundial).  En fin, llegué a la conclusión que tal vez ya no se pueden mantener pueblos tan pequeños, y lo mejor para los jóvenes es migrar.  Quién sabe, el futuro puede demostrarme lo contrario. ¿ustedes que creen?

Otra gran enseñanza del viaje, al menos para mí, fue entender porque mucha gente bota la basura en la calle en la ciudad.  En el pueblo de mi abuelita no hay basureros, los pisos son de tierra y buena parte de la basura es orgánica. Durante el delicioso y abundante almuerzo que nos sirvió el mayordomo, la gente botaba algunos restos de la comida dentro de la misma casa. Imagino que medio siglo atrás, la basura inorgánica era mucho menor aún y la orgánica se botaría en los mismos huertos de las casas. Entendí que lo normal era botar al piso lo que no servía, en esa situación es comprensible; trasladaron esa costumbre a la ciudad, y si no tuvieron educación, entonces educaron así a sus hijos. Puede parecer una explicación muy simplista, pero fue la que encontré /interpreté.

En Lima, muchas veces he discutido, indignada, con personas que botan la basura a la calle. Ahora, ya no discuto pero les pregunto porque lo hacen y les digo porque creo que no deberían. Tal vez no influya en nada, o tal vez sí, y para mi es suficiente con que exista esa posibilidad. Ahora entiendo que es una costumbre tan arraigada y que tomará tiempo cambiarla.

Finalmente, quiero recomendarles que viajen a los pueblos o ciudades de sus padres o abuelos, con mente abierta y mucho cariño, sobre todo para entender algunas situaciones /costumbres con las que no estamos de acuerdo, así como para encontrar lindas sorpresas.  Es uno de los viajes más lindos por todas las enseñanzas. Buenos viajes responsables!!!!!!!

 

En plena fiesta del pueblo. 

 

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3 comentarios en “Vilcabamba de Ayacucho, un viaje hacia mis orígenes”

  1. hice un viaje similar al mismo lugar, pero en el 2004… fue penoso ver como los jovener estan abandonando el lugar y que cada vez queda menos gente. Apoyamos con lo que pudimos a los niños de su escuela, eran solo 7 niños de edades disparejas y el profesor los recibia a todos. el hacia una gran labor, pues no siendo del lugar, viajaba a la zona y se quedaba a dormir en la escuela para poder trabajar ahi todos los dias.
    el lugar parecia haberse quedado aptrapado en el tiuempo, aunq algunos años despues supe que llego la electricidad. Al igual q tu, busque con mi padre la casa de los abuelos y aunq en su lugar encontramos un gran sembrio de choclo, nos adentramos en el y entre las plantas encontramos la casa… destruida pero con ebjetos de tejido que mi padre pudo reconocer de inmediato… fue un momento muy emotivo y con ello, el viaje cobro sentido.

  2. Pingback: Ruta de viaje a Ayacucho por fiestas patrias | Viaja por Peru

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