La Virgen de la Candelaria hace danzar al Antiplano

Nuestro querido amigo viajero, Antonio Coronel, estuvo disfrutando en Febrero de la Virgen de la Candelaria. El nos ha enviado esta nota sobre esta fiesta tan importante en el Perú:

El calendario festivo del Perú está cubierto todo el año por una riquísima tradición de eventos  que se suceden con gran pompa en  diferentes pueblos y ciudades, mostrando la  compleja  y extensa riqueza cultural del que se ha nutrido el país a través de su historia.

Así ,  a poco de comenzar el año,  desde el 24 de enero y por 18 días  “todo Puno”  se da cita en una gigantesca fiesta de fe y reencuentro   para danzarle a la “Mamita Candelaria”, patrona de este altiplánico lugar, bordeado por el Titicaca, el lago más alto del mundo ( 3.812 m.s.n.m. )

Expresada con  frenética algarabía en un marco multicolor de trajes , bailes y fuegos artificiales, esta  fiesta congrega a decenas de miles de personas venidas de todo el país y muchos del extranjero , las que  agrupadas en comparsas  con cientos de  danzarines,   prácticamente,  toman la ciudad, desplazándose por sus distintos barrios a los acordes de sus bandas musicales, anunciando su intención de  llevarse los codiciados trofeos que  se disputan durante el Concurso Anual de Danzas Folklóricas y el gran desfile,  llevados  a cabo durante el domingo y lunes , centrales de la fiesta.

Foto de AlexCamPro en Flickr

Precisamente esta creciente rivalidad entre los participantes  va  incentivando, año a año, una copiosa  exhibición  de  vistosos trajes de pedrería , y rutilantes disfraces, parodiando  a manera de una colosal parada carnavalesca,  a  diversos  exponentes  del imaginario popular : hermosos ángeles que con sus espadas mantienen a raya a horrendos diablos, cóndores , imponentes  osos,  toros,  cóndores, llameros,  etc.  y,   por supuesto,  a  poderosos personajes  regionales de antaño,  de  los que se esmeran en mofarse:  briosos  caporales, magistrados, autoridades, todos estos “cachondeados”  en  burlescas apariencias.

Esta alegre expresión de  júbilo general no  opaca, sin embargo,  los ribetes litúrgicos de los diferentes actos religiosos de la festividad, preparados con esmerada antelación para realizarse apenas despuntada el alba con concurridos ceremoniales en los cerros, desde los que la gente desciende bailando hasta llegar a la iglesia San Juan Bautista, donde se ubica el santuario de Virgen, para asistir a las misas que se programan con  los primeros rayos del sol.

Es interesante espectar también la “ Entrada de Cirios”, en la que el Alferado y la Alferada, su esposa, llevando la imagen del Niño Jesús, salen de su domicilio acompañados por diversas autoridades y allegados, emprendiendo una emotiva marcha hasta la iglesia de San Juan, llevando velas y cirios encendidos.

Así, conforme  avanzan los días de la fiesta van sucediéndose diversos eventos de carácter religioso, alcanzando una gran emoción en la noche previa al día central, en que se realizán las misas de vísperas que  culminan en un colorido festival de fuegos artificiales acompañados por los melodiosos acordes de las bandas de músicos, ocasión propicia para el agasajo que el alferado ofrece a la concurrencia en el atrio de la iglesia, brindando con anisado, los ponches y la infaltable cerveza.

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